ESTADISTICA

BIENVENIDO

¿TE INTERESA LA MISIÓN?...ESTE ES
TU LUGAR. BIENVENIDO

jueves, 4 de agosto de 2011

HOMILIA



DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO

Un día apareció un hombre que tocaba la flauta tan maravillosamente que todo el pueblo acudía a la plaza a escucharle.

Un día un joven que conocía a un anciano que era sordo y que pedía limosna quedó sorprendido al verle todos los días en la plaza. No aguantando la curiosidad, escribió unas preguntas para el anciano. ¿Qué vienes a hacer aquí si eres sordo? ¿Qué te extasía tanto si no puedes apreciar la música?

El anciano le contestó: Mira al centro de la plaza, levanta la vista, ¿qué ves?

Una cruz, respondió el joven.

Es la cruz de Cristo que se alza sobre la cúpula de la vieja iglesia. Cierto, no oigo nada, pero me extasía pensar que algún día la música de la verdad crucificada fascine y cautive a los hombres y pongan sus ojos en la cruz, la de Jesús.

Algo muy anunciado son las pastillas, esas píldoras maravillosas que curan toda enfermedad y toda impotencia. Pero todas producen efectos secundarios.

El evangelio de Jesús es también una pastilla maravillosa que nos da la salvación eterna. ¿Va acompañado este anuncio de algún efecto secundario?

Sí, hermanos, Jesús nos lo dice muchas veces y de muchas maneras. ¿Quieres salvación y felicidad y vida eterna? Carga con la cruz y sígueme.

Hay una cruz para Jesús y hay una cruz para usted.

La cruz es el efecto secundario del seguimiento de Jesús.

¿Recuerdan la confesión de Pedro en Cesarea de Filipo?

Pedro habló inspirado por Dios y tuvo un gran día. Jesús le cambió el nombre y le entregó las llaves.

El evangelio no lo dice pero ¿no se imaginan a Pedro dando una gran fiesta para celebrarlo?

Hoy, Jesús quiere poner los puntos sobre las íes y les dice: el Hijo del hombre tiene que subir a Jerusalén, ser matado y resucitar.

Jesús es un aguafiestas. ¿Por qué habla de sufrimiento y muerte? Ahora que lo estamos pasando pipa nos anuncias tristeza.

Pedro que ya veía brillar las llaves del poder le dice: Jesús no te pongas dramático, nada de desgracias, no te pasará nada, al menos mientras yo esté contigo.

Pedro quería la gloria pero no la cruz.

Quería el triunfo pero no el sacrificio.

Quería la salvación pero no la sangre.

Quería a Jesús a su manera humana pero no la voluntad de Dios Padre.

Quería un Jesús superestrella pero no un Jesús humillado.

El querer humano siempre tiene una mezcla de egoísmo, de vanidad, de carne y sangre, de placer y de odio a todo lo que nos lleva la contraria y nos hace sufrir.

Por eso Jesús le dice: Pedro, tú quieres como quieren los hombres, no como quiere Dios.

Tú piensas como piensan los hombres, no como piensan los hijos de Dios. Apártate de mí, Satanás.

Jesús pone precio a sus discípulos. “El que quiera seguirme que se niegue a si mismo, tome su cruz y me siga”.

Jesús es un aguafiestas.

Jesús viene a poner unas prioridades en la vida de sus seguidores: la renuncia, la cruz, el seguimiento, el compromiso, el sufrimiento, el amor…

Frente a las prioridades del mundo: el placer, la frivolidad, el egoísmo, la comodidad, a mí que me dejen tranquilo, me basta mi grupo…

La vida de Jesús tuvo un precio y no fue precisamente 30 monedas de plata.

El precio fue: aprender a obedecer sufriendo, revestirse de carne, amar sin límites a todos, dar su sangre por todos, cargar con la cruz hasta el Calvario… Y el premio, la resurrección.

La vida del cristiano tiene también un precio. Sólo lo pagan los que como el profeta Jeremías se dejan seducir por Dios, y se atreven a ser diferentes “no os ajustéis a este mundo”.

Esto exige: sufrimiento, oración y lucha.

Premio: encontrar la vida en Cristo.






DOMINGO 21 DEL TIEMPO ORDINARIO

El Evangelio de hoy nos habla de San Pedro, el primer Papa, precisamente en el momento en que Jesús le anunció la función que tendría dentro de la Iglesia. Además nos informa de cómo Cristo gobernaría esa Iglesia fundada por El, a través de San Pedro y de todos los Papas que le sucedieran.

“Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, fueron las palabras de Jesús al que antes se llamaba Simón y que ahora llama “piedra” -o más bien “roca”. El Apóstol San Pedro es, entonces, la “roca” sobre la cual Cristo funda su Iglesia.

¿Cómo fue este nombramiento? Sucedió que un día Jesús interroga sus discípulos sobre quién creía la gente que era El, pero más que todo le interesaba saber quién creían ellos que era El. Enseguida, Simón (Pedro) salta -de primero, como siempre- y sin titubeos, ni disimulos, responde con claridad: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt. 16, 13-20).

Si nos ubicamos en el momento, nos podremos percatar de la significación de esta declaración de San Pedro. Jesús había comenzado a manifestar su gran poder a través de milagros que los Apóstoles habían presenciado: agua cambiada en vino, muchas curaciones, multiplicación de panes y peces, calma de tempestades, etc. Sin embargo, en ningún momento Jesús se les había identificado. Tampoco había sucedido la Transfiguración. Y ahora les pide que sean ellos quienes lo identifiquen. De allí la importancia de la declaración de Pedro.

Por eso el Señor se apresura a decirle:“Dichoso tú, Simón, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los Cielos”. Los sabios de Israel no captaron lo que San Pedro y los Apóstoles sí pudieron captar. Ellos no eran de los sabios y racionales, sino de los sencillos y humildes, a quienes el Padre revela sus misterios. Por eso les enseña Quién es su Hijo. Es la mayor muestra de esa oración de Jesús al Padre Celestial: “Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las revelaste a los sencillos”. (Mt. 11, 25)

Podemos razonar, pero teniendo como intención la búsqueda sincera de la Verdad. Los razonamientos estériles no llevan a ningún lado: más bien pueden cegar y ser obstáculos para llegar a la Verdad. Hace falta la sencillez, la humildad, la niñez espiritual, para conocer los secretos de Dios y para darnos cuenta de dónde está Dios.

Una fe viva, fervorosa, perseverante, inconmovible sólo viene de Dios y sólo la reciben los que se abren a este don. Y la llave que abre nuestro corazón y nuestra mente a las cosas de Dios es la humildad.

Por eso en el Salmo 137, rezamos y recordamos que somos obra de Dios. Entonces, ¿de qué engreírnos? En efecto: Se complace el Señor en los humildes y rechaza al engreído.

Continuando con el relato, para aquel momento sonaba demasiado espectacular la frase de Jesús: “sobre esta Roca edificaré mi Iglesia”. Al lado de Jesús sólo estaban los Apóstoles y otros cuantos seguidores. Ninguno pudo medir el alcance de las palabras del Señor. Pero el Señor sí: habla de su Iglesia como cosa que El iba a construir: será una obra divina y no humana. Y promete que ninguna fuerza, ni siquiera las del Infierno, podrán destruir su obra.

Jesús le entrega a San Pedro las llaves del Reino de los Cielos. ¿Qué significa esto de las llaves? En lenguaje bíblico, las llaves indican poder.

Este significado de las llaves como símbolo de poder es evidente en la Primera Lectura del Profeta Isaías (Is. 22, 19-23). Esta nos presenta a Eleacín, mayordomo del palacio real. Allí se habla de “traspaso de poderes” en el palacio. “Pondré la llave del palacio de David sobre su hombro. Lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá”. Este hecho del Antiguo Testamento es una prefiguración del traspaso de poderes de Jesús a San Pedro, el primer Papa. Por eso la Iglesia sabiamente coloca esta lectura el mismo día en que leemos cómo Jesús da las llaves de su Reino a Pedro.

Yvemos aquí el gran poder que el Señor dio al Mayordomo Eleacín. Sin embargo, el poder conferido a Pedro -y a todos los sucesores de San Pedro en el Papado- es inmensamente mayor que el poder en el palacio de David.

Fijémonos que Jesús les da “las llaves del Reino de los Cielos”. ¿Podemos imaginarnos lo que es esto? La siguiente promesa del Señor nos da un indicio: “Lo que ates en la tierra, quedará atado en el Cielo”, que equivale a decir: lo que decidas en la tierra, será decidido así en el Cielo. Las decisiones que tomes, serán ratificadas por Mí.

A San Pedro y a todos los Papas que han venido después de él se les dan las llaves, no de un reino terreno, sino del Reino de los Cielos, que es el Reino que Jesús ha venido a establecer con su Iglesia. Y en ésta Pedro tiene el poder de decidir aquí lo que Dios ratificará allá.

Aprobación previa de parte de Dios en el Cielo a lo que decidan los Papas en la tierra sobre la Iglesia de Cristo.

¡Qué estilo de gerencia es la gerencia divina! No podía ser de otra manera: tal peso sobre Pedro y sobre todos los Papas después de él, tenía que contar con una asistencia especial.

Así ha querido Jesús edificar su Iglesia: con la presencia constante hasta el final de su Espíritu Santo, y dándole a Pedro -y a todos sus sucesores, los Papas- el inmenso poder de decidir aquí en la tierra lo que Dios decidirá en el Cielo.

En un mundo tan racional como el nuestro, esto puede parecer bien difícil de comprender y de aceptar. Pero así es. Cristo fundó su Iglesia y la puso a funcionar de esa manera. Y prometió estar con ella hasta el final. “Yo estoy con ustedes todos los días hasta que se termine este mundo” (Mt. 28, 20).

Así son los designios de Dios: misteriosos, incomprensibles para los que no nos vemos en nuestra verdadera dimensión: que nada somos ante Dios. Pero... si todo nos viene de El ¿qué podemos nosotros reclamar o proponer? ¿de qué nos atrevemos a dudar?

De allí que San Pablo exclame en la Segunda Lectura: “¡Qué impenetrables son los designios de Dios y qué incomprensibles sus caminos!” Pero ... ¿quién ha podido darle algo a Dios que Dios no le haya dado antes? En efecto, continúa San Pablo: “Todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por El y todo está orientado hacia El” (Rom. 11, 33-36).

La Iglesia Católica es la única Iglesia fundada por Dios mismo, pues viene de Jesucristo hasta nuestros días: viene directamente desde San Pedro, como el primer Papa, hasta nuestro Papa actual. Y para dirigirla, Dios estableció este estilo de gerencia: lo que decidas en la tierra, será decidido en el Cielo.








Érase un anciano que, todas las noches, caminaba por las calles oscuras de la ciudad con una lámpara de aceite en la mano.

Una noche se encontró con un amigo que le preguntó: ¿qué haces tú, siendo ciego, con una lámpara en la mano?

El ciego le respondió: “Yo no llevo una lámpara para ver. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí”…

¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás! Llevar luz y no oscuridad.

Luz…demos luz.

De la historia de Pedro, ciego y náufrago en la tormenta del domingo pasado a la historia de hoy, de la mujer cananea, invisible y marginada.

Del grito de Pedro: “Señor, sálvame” al grito de la mujer extranjera: “Señor, socórreme”.

De la respuesta de Jesús a Pedro: “Hombre de poca fe, ¿por qué vacilaste? a la respuesta de hoy: “Mujer, qué grande es tu fe”.

Y en medio de la ciega tormenta está Jesús salvando a Pedro náufrago y en medio de esta mujer y su hija atormentada por un demonio está Jesús y le dice: “Mujer, que se cumpla tu deseo”.

Y en medio de nosotros en este domingo está también Jesús que viene a traernos la luz y la salvación.

¿Cómo nos sentimos nosotros hoy? ¿Como hijos de Dios, como miembros de la Iglesia o como perritos que comen las migajas que caen de la mesa?

La mujer cananea no fue saludada, no le dieron un aplauso de bienvenida como hacemos nosotros, era gentil, extranjera, y como a un perro había que despacharla porque con sus ladridos asustaban a todos y Jesús tampoco le hizo mucho caso.

Pudo más la fe y la insistencia de la mujer que todos los rechazos.

Pudo más su perseverancia y atrevimiento que las palabras de los discípulos y la frialdad de Jesús.

Siempre puede más la fe que la duda, la insistencia que el cansancio.

En el corazón de Dios, en la Iglesia de Jesús, cabemos todos. Todos llamados a ser injertados en el árbol de la vida, a pertenecer y a heredar el Reino. Todos somos ovejas perdidas de Israel.

La mujer cananea y su hija atormentada por un demonio son símbolo de todos nosotros.

Ellas se alimentaban con las migajas que caían de la mesa de sus patronos. Pero querían participar de la mesa como hijos, querían sentirse amados por Jesús, querían gozar de la fiesta que Jesús traía. Y la fe y la perseverancia abrieron de par en par las puertas del corazón de Jesús.

Muchos hermanos nuestros y nosotros también vivimos de las migajas de la iglesia: una oración rutinaria, una misa más penitencia que gozo, unos miedos, una vida cristiana tibia y otros un vago recuerdo de su bautismo…migajas en nuestro plato cristiano.

La mujer cananea no se contentó con las migajas que caían de la mesa, quiso el pan entero, el amor entero, la sanación entera, la vida entera, la pertenencia entera.

¿Por qué contentarnos con un poco cuando lo podemos tener todo?

¿Por qué considerarnos extranjeros cuando somos hijos?

¿Por qué no invitamos a tantos hermanos alejados que comen las migajas de los celos, del alcohol, de la droga, de la infidelidad a ser miembros de la Iglesia de Jesús?

Nuestra responsabilidad no es de apartar a nadie que busca sinceramente al Señor, los apóstoles aquel día hicieron de espantapájaros, sino de acercarlos con amor hasta la fuente del perdón y de la salvación.

En Internet hay una lista de las personas más odiadas del mundo. No le resultaría difícil poner algunos nombres: Adolfo, Osama, Sadam…

Suscitan en nosotros emociones demasiado fuertes como para pensar en ofrecerles nuestro perdón.

¿Guarda usted una lista de las personas que le han ofendido? Si la tiene el reto del perdón es más grande, pero la exigencia de perdonar no por eso es menor.

¿Tiene Jesús una lista? Él no tiene ninguna lista de personas odiadas. Su lista es la del amor a todos, incluido usted.

miércoles, 27 de mayo de 2009

VOCACION DE JEREMÍAS

Entonces me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos: “Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado: yo profeta de las naciones te constituí.” Yo dije: “¡Ah señor Yahveh! Mira que no se expresarme, que soy un muchacho”. Y me dijo Yahveh: No digas: “soy un muchacho”, pues a dondequiera que yo te envíe irás, y todo lo que te mande dirás. No les tengas miedo, que contigo estoy yo para salvarte – oráculo de Yahveh-. (Jeremías 1, 4 – 8)

martes, 10 de marzo de 2009

CONOCIENDO A NUESTROS HERMANOS

CONOCIENDO AL HNO. CLEMENTE DURAN. CSsR.

Nací, un 13 de septiembre de 1929, en El Naranjal Altoseco, de Vallegrande, Provincia del Departamento de Santa Cruz, Bolivia.

Mis padres se llamaban: Pedro Duran Osinaga y María Cleufé Osinaga de Duran. Mis abuelitos: por parte de mi padre: don Martin Duran, y Guadalupe Osinaga de Duran. Por parte de mi madre: don Javier Osinaga y doña Leandra Gutiérrez de Osinaga.

El Naranjal, es un barrio, o un sector con varias familias, a dos leguas del pueblito de Asunción; con un templo dedicado a nuestra Señora de la Bella Asunta, donde venia el Sacerdote de Pucará distante siete leguas, o de Vallegrande, a doce leguas de camino; venia dos veces al año para las celebraciones de la fiesta patronal y de cuaresma.

Yo fuí el primero de los siete hermanos varones, no teníamos escuela, ni catequista, ni médicos; por la distancia. Vivíamos muy aislados: en una situación como esta, ¿Cómo nació mi vocación?, sino teníamos quién nos enseñe la religión.

Mis padres, la familia…, y mis abuelitos eran muy religiosos… especialmente mi abuelita Leandra, que más que mis padres, nos enseñaban a leer y rezar, y aprender los rudimentos del catecismo, nos llevaban a misa, cuando sacerdote venia al santuario de “La Habrá”, como se le conocía…; otras veces mi abuelita Leandra me llevaba de compañero, tirando de las riendas del caballo que ella montaba; yo tendría entre 9 a 11 años; íbamos a Pucará, siete leguas para las grandes solemnidades del año, como la pascua, o la fiesta patronal, de “La Purísima ”, como le llamaban.

En Pucará había casi siempre un cura párroco! Conocí a tres: un sacerdote Alemán y otro el padre Melgar, (quien parece que me bautizó), el Padre Santos David Vivancos, que era mi tío, etc.
Este era muy bueno conmigo; las veces que podía me hablaba de Dios, de la Virgen, etc; pero para una buena formación religiosa era muy poco.

Entonces, ¿cómo nació mi vocación? Creo que todo vino de Dios… influyó en esto:
· ese naciente y creciente deseo de Dios.
· La gran preocupación y pena de ver a los niños y a la gente en tal situación de abandono e ignorancia en que vivían; quería a toda costa ir a aprender, para venir a enseñarles…!

¡Pero estoy convencido de que en el fondo fue mi AMOR A LA SANTISIMA VIRGEN…!

Creo que desde el seno de mi madre, ya vine marcado por un profundo y tierno amor a María. Y ya desde muy niño, por el amor a Ella, ¡hice VOTO DE CASTIDAD!, porque pensaba que solo así sería menos indigno de amarla y consagrarme a ella.

Con esto ya la vocación religiosa, o sacerdotal, ya estaba dodo el primer paso; porque necesariamente tenía que buscar el ambiente propicio y favorable para vivir ese “estado” de pureza y “consagración” a Dios.

¿Dónde encontrarla?, ¿Dónde “vivirla”?.
Mis padres y mi pueblo, eran de oficio agricultores y ganaderos; gente pobre de trabajo. Mis padres también ejercían esto; con motivo de reunir el ganado y traerlo al corral, había que ir cada tarde a las montañas para arriarla a casa. Aprovechando esta ocasión, yo que ya sentía cogido por Dios desde el corazón, me gustaba más y más, rezar a solas; buscar el silencio, la soledad, pensar y pensar. Me sentaba en la cumbre de las montañas más altas, y mirar las lejanías, los horizontes sin límites; e imaginarme como un caminante, un PEREGRINO en busca de un absoluto, ¡SER MISIONERO!, ect.

Justamente reflexionaba una frase que había leído en un libro: “MISIONERO QUE VA POR EL MUNDO, SEMBBRANDO EL AMOR”, etc. Y deseaba poder ser ese MISIONERO.

Pero, ¿cómo saberlo si no tenía cerca un sacerdote, una religiosa o un catequista que me enseñara? Por casualidad intenté probar con los padres: FRANCISCANOS, otra vez con los CORDIMARIANOS, que pasaban a veces, buscando vocaciones, etc. Pero algo que no me convencía ¡buscaba otra cosa; algo especial! ¿Quiénes serian esos?

Hasta que Dios se valió de un intermediario un tío hermano de mi papá que vivía en Vallegrande, era farmacéutico, y muy amigo de los Padres Redentoristas de la parroquia; sé dio pues el saco de que los padres se vieron sin hortelano, porque se fue, buscaban otro. Mi tío me escribió inmediatamente a “El Naranjal”, diciéndome que debía aprovechar esa ocasión, y presentarme de inmediato a los padres, solicitando ese empleo; que él me ayudaría; pero que me vaya de inmediato, etc.

Apoyado, pues y garantizado por tío consigue el empleo. Fue así como entré en contacto recién con los Padres Redentoristas, que cosa rara, viviendo cerca no lo conocía. De modo que de esta manera entré a vivir con ellos, no todavía como CANDIDATO, sino como simple empleado y jornalero.

Así, después de unos días empecé a conocerlos, ellos a mí. Yo dije: “estos son los sacerdotes que buscaba”. Pero, ¿Qué era ese de especial que buscaba?.
· Su espiritualidad profunda.
· Su sencillez y cercanía a los pobres.
· Y ¡su amor a la virgen María!

Y, me dije: ¡aquí me quedo! Gracias a Dios, ya célebre mis bodas de oro como religioso, voy pasando más allá de los cincuenta y sigo adelante, Dios mediante y la ayuda de María.

Me veo, pues, obligado a decir, con San Bernardo: que María es una “ladrona de corazones”, pues de verdad me robo el mío, soy el hombre más feliz en la vida.

Pero también puedo completar ese pensamiento de San Bernardo, con la afirmación de otro santo “María es una dulce traidora, porque roba el corazón de los hombres, como si fuera para ella, pero es para entregarlo en manos de su divino Hijo Jesús”, etc.
Y así es en verdad. Ya contare más adelante lo que me sucedió.
Volviendo a la historia de mi vocación, unas veces presentado y aceptado por ellos, primero como empleado, y después como “CANDITADO”, postulante, entré a vivir en la casa parroquial, como un miembro más en la comunidad.

Creo, más o menos en 1953; era mi viceprovincial, el buen padre Raymundo Phillips; y superior, el padre Javier Willig; sacerdote con quien trabajaría después en varias casas.
Siendo ya postulante, 1954, creo AÑO MARIANO, el padre Eugenio Wittersheim fue a Santa Cruz, Cotoca, a predicar su novena, para el ocho de diciembre y me llevo consigo.

En allí, la Virgen me tocó el corazón…! De allí volvía más decidido que nunca a seguir mi vocación.
Yo tenía ya 24 años. La Inmaculada fue el GRAN Y UNICO AMOR DE MI VIDA. ¡Me enamore sinceramente de María!.

Podía, pues decir con San Gerardo Mayella: “¡María desde ahora mi esposa de amor…!” Y lo que escribe Maruricio Zumdel, en su libro: “El Evangelio interior”, el cual texto, en días pasados, le mostré a mi padre espiritual, Esteban Karpeta, diciéndole: “Padre, aquí está la síntesis de mi vida mariana, redentorista:
“¿Cómo describir la alegría del adolescente que encuentra un día, en un arrebato de piedad, la ternura luminosa de la Virgen María? (la Virgen madre en su corazón se imprime una imagen de la mujer que nada podrá borrar. La percibe en su inminente dignidad,
en la transparencia inefable de su vida interior en el resplandor silencioso de una pureza redentora. Comprende, más allá de las palabras, que tanto la mujer como el hombre son espíritu, que toda su gloria es encuentra en su interior y que es preciso comulgar con su alma para llegar a su misterio”. (Pág. 48 ss.)
El padre se me quedo mirando, leía y re leía el texto. Y es verdad; es “mi verdad”; porque para mí esos sentimientos iníciales no solo ya desde mi niñez y adolescencia, sino a través de toda mi vida consagrada de religioso redentorista, me acompañaron “ingresando” y gracias a eso, Dios me dio el perseverar en mi vocación misionera redentorista, ya más allá mis bodas de oro; y Dios mediante, ¡hasta la perseverancia final!
Noviciado
De Vallegrande pase a Tupiza para el noviciado. Como nuestros padres no tenían todavía en Bolivia un seminario, ni noviciado, tuve que esperar el doble tiempo, en espera de la casa de noviciado, y de otros candidatos al mismo; era el primer boliviano que se presentaba al noviciado, etc. No obstante, se presento otro joven candidato, Vallegrandino, llamado Apolinar Gómez, pero que se salió al medio año de noviciado; me quede solito.
Mi P. Maestro, se llamó Bruno Hodell, un sacerdote suizo, muy bueno.
Después de cumplir el año del noviciado, hice mi primera profesión religiosa, el 02 de febrero de 1958. Fue tanto para mí, como para todos, una experiencia muy emotiva, ya que era por vez primera que se presenciaba un acontecimiento semejante.
Lo fue especialmente para mí, que como amaba tanto a la Virgen, mi consagración religiosa empezaba en una fiesta muy significativa de la Virgen, y allí en un santuario suyo en Tupiza, casa que también fue la primera fundada por los hijos de San Alfonso, al llegar a fundar la congregación en Bolivia.
Al ingresar yo a la congregación en Bolivia, los hermanos coadjutores redentoristas, estos eran unos 15, todos de nacionalidad suiza o francesa; yo fui el primer hermano redentorista boliviano (y lo sigo siendo).
Motivo por el cual, era disponible para ayudar, o remplazar a cualquier hermano que viajaba, o necesitaba ayuda.
Apenas hice mi profesión, los superiores me destinaron a Oruro, y de allí me mandaban prestado a ayudar a otras casa, así, hasta que se cumplió el tiempo en que había de hacer mi segundo noviciado; me mandaron a Argentina, a Manuel Ocampo; allí hice mi noviciado de medio año, junto con los clérigos, o sea, con los que estudiaban para el sacerdocio y otros para hermanos, éramos unos 15 novicios fue una muy linda experiencia, que me sirvió mucho, y siempre la recuerdo con emoción y gratitud.
Al volver a Bolivia, fui destinado nuevamente a nuestra casa de Oruro, y otra vez a Potosí, y después a La Paz.
Hasta que a partir de 1968, recién me cambiaron a Tupiza, donde quedé por más tiempo, 10 u 11 años, después a Potosí, por otros 10 años, y por último a Cochabamba, hasta ahora que ya van a hacer unos 15 años.
Casi en todas las casas mi ocupación por lo general, era la portería, el jardín, la huerta y la sacristía.
Pero en Tupiza, realizaba además la catequesis con los niños de primera comunión y confirmación y realizaba la pastoral con grupos de oración Legión de María, y Cursillos de Cristiandad.
Por disposición del padre superior, iba cada noche a visitar las familias, llevando la imagen de la Virgen, a rezar el Rosario, sobre todo en los meses llamados marianos (mayo y octubre), donde aprovechaba la ocasión para leer con la gente la Biblia y explicar la Palabra de Dios.

Pero donde realicé algo muy especial fue, en Potosí, como apostolado; fue el fundar un grupo de oración (en el sentido y espíritu de Legión de María, pero no Legión de María de costumbre) y que ellas, las señoras que formaban el grupo, dieron en llamarse Las Peregrinas.
Las personas que formaban el grupo eran voluntarias libres, espontaneas, sin organización, ni reglamentaciones, etc. Sino solo llevadas a su buena voluntad, su amor y gratitud a la Virgen y su deseo de ayudar a sus hermanos más pobres y olvidados, etc. Y llevar la paz y la bendición de Dios a esas familias a donde no llegaban los evangelizadores. El grupo era siempre muy numeroso, iban gente adulta, niños y jóvenes, y muy perseverantes.
En la casa de la familia que recibía la Virgen, la sala de reuniones resultaba siempre muy pequeña y por petición expresa de los dueños de la casa, la visita de la Virgen no era un día, o dos, sino una novena (9 días), y entre las familias que recibían a la Virgencita, había una especie de competencia: haber quien hacía para la Virgen el altar más hermoso; y después del rosario, ellos mismos expresaban sus oraciones de petición y gratitud, etc.
Y lo admirable es que el grupo del rosario, ya tiene más de veinte años de perseverancia, y sigue igual hasta ahora, a pesar de no tener un asesor o guía espiritual, que los dirija y anime. Y dicen que el grupo se renueva con gente nueva, ya de los antiguos no quedan muchos, porque se mueren, o se cambian a otro lugar, pero entran nuevos para seguir adelante, es una cosa increíble, pero cierta, cada persona que va al grupo, cuentan sus milagros que dicen que les hace la Virgen, y por eso van.
Ahora para abreviar, dije que a los inicios de mi vocación el ideal de mi vida, era; instruirme para enseñar a tantos niños y jóvenes ignorantes, y ser misionero redentorista que va por el mundo sembrando el amor, mi vida religiosa consagrada no pudo ser exactamente la realización de mis sueños, pero hice lo que pude.

Ahora mi concepto del seguidor de Cristo es este: la máxima aspiración para un seminarista – clérigo, es la ordenación sacerdotal, a partir de ahí, ya este tiene todos los caminos abiertos para su realización personal, etc. Y para un candidato a la vocación de hermano coadjutor, debería ser alcanzar la máxima vida de unión íntima con Dios, o sea, la Vida Contemplativa o mística. O como le gustaba decir a nuestro P. Miguel Vetter: “acción – contemplación, contemplación – acción.”
Y un famoso teólogo de nuestros días: Severino María Alonso, también dice: “Una mística de la acción, unidad consagración – misión en la vida religiosa” (Boletín. Vida Religiosa, 1 octubre 1999; numero 11, vol. 87)
Yo, al igual que Santa Teresita del Niño Jesús, buscaba algo que diera sentido a mi vida religiosa.
En todos los años de mi vida religiosa no fui feliz, hasta que, como ella, encontré el Amor.
Ella dice: “el amor me dio la llave de mi vocación; comprendí que si la Iglesia tenía un cuerpo compuesto de miembros diferentes, el más necesario, el más noble de todos, no le faltaba el corazón: ¡el corazón!, comprendí que la Iglesia tenía un corazón, y que estaba ardiendo de amor; comprendí que solo el amor hacia mover a los miembros de la Iglesia, comprendí que el amor encerraba todas las vocaciones, que el amor era todo.
Que si el amor se apagaba los apóstoles no anunciarían más el evangelio; los mártires rehusarían derramar su sangre.
¡Comprendí que el amor encerraba todas las vocaciones, que el amor era todo, que abrazaba todos los lugares y todos los tiempos! En una palabra, ¡que el amor es eterno!
Entonces en el exceso de mi amor delirante, me puse a gritar, ¡Oh Jesús! ¿Por fin he encontrado mi vocación? ¡Mi vocación es el amor!
Todo eso, pues que buscó y sintió, Teresita, me pasó también a mí, por eso dije que en los primeros años de mi vida religiosa, no era feliz. Porque me faltaba el amor, o no lograba amar como deseaba, presentía que había, - o debía haber –un algo, un algo más profundo, y que no lograba descubrir, de ahí que, todo lo que me enseñaban, no me satisfacía, pensaba que la vida religiosa “consagrada” de un hermano, no debía quedarse todo en el trabajo, en la fidelidad a las reglas, en el cumplimiento de los votos, etc.
Solo cuando encontré y empecé a leer vida consagrada, comencé a vislumbrar ese algo que buscaba, etc. Desde entonces, todo; desde la Biblia, las Constituciones de la CSsR, las vidas de los santos, la oración ante todo, llegaron a tener sentido para mí.
Me fui acercando a nuestros sacerdotes mas espirituales que conocía, como el buen P. Paulino Rhomer, P. Raymundo Phillips y otros; y dialogar con ellos, a preguntarles, etc. Ellos me prestaban buenos libros, apropiados.
Ante todo mi más ardiente deseo, era ¡amar!, aprender a amar, alcanzar un amor cada vez más profundo, amor a Dios y a las almas.
De ahí que lo de Teresita del Niño Jesús me gustara tanto, porque parecían ser mis propios sentimientos, mi más grande ideal, vivo embebido en este año, y luchare hasta el fin para alcanzarlo. En este deseo en esta aspiración, realizo mi oración, mi trabajo, y sufro con mucho amor y paciencia, mis sufrimientos y enfermedades.
¡Quiero hacer de todo ello un constante y perseverante “ACTO” de amor, de oración, de apostolado, corredentor!, ¡UN PERMANENTE ACTO MISINERO!, ya no puedo tomar parte activo en las obras misioneras de mis cohermanos, yo seré MISIONERO por la oración, el servicio, el trabajo, donde todo lo que soy, en todo lo que puedo, ¡hasta más allá de mis fuerzas!
¡Si supieras que feliz me siento en esta obra! ¡Como Jesús, como la Virgen, como los santos, quiero “PASAR MI CIELO EN ESTA TIERRA, AMANDO, SiRVIENDO, ORANDO Y HACIENDO EL BIEN”!.
Mi amor preferencial - si se puede hablar así:
a. La permanente constante CONVERSIÓN, SANTIFICACIÓN Y FIDELIDAD A MI, de los sacerdotes, religiosos/as y de todos los consagrados a Dios.
b. Y, ¡LAS VOCACIONES SACERDOTALES Y RELIGIOSAS! Por eso, para solidarizarme, para estar en COMUNIÓN MÁS ESTRECHA, ÍNTIMA Y AFECTIVA, con nuestros novicios del 2008, y poder ser algo como “SU PADRINO ESPIRITUAL”, para con ellos, fue que me uní a ellos en el acto litúrgico del año de su noviciado!. y toda mi oración y mi trabajo, ha sido por ellos.
¡QUIERO, PUES, SACARLE JUGO A MI VIDA, por esta finalidad…! Orando, trabajando por ellos.
“NADIE TIENE AMOR MÁS GRANDE QUE AQUEL QUE DA SU VIDA POR SUS AMIGOS”.
ESO ES UN REDENTORISTA.





Hno. Clemente Duran C.Ss.R
Provincia de Bolivia

NOTICIAS DE LA PROVINCIA


MISIONEROS REDENTORISTAS
PROVINCIA
CASILLA 1716
COCHABAMBA – BOLIVIA

MISION EN SANTA CRUZ.

Del domingo 14 de agosto al 28 del presente. Participan los novicios de la URSAL.


MISION EN VALLE-GRANDE.

Del domingo 4 de septiembre al 18.




RETIRO PROVINCIAL.

Del miércoles 21 de septiembre al 26.

Se va llevar acabo en Cochabamba.

ARTICULOS




ASÍ ES Y DEBE SER NUESTRA VIDA



“El llamamiento que hace Jesús, el maestro, conlleva una gran novedad. En la antigüedad, los maestros invitaban a sus discípulos a vincularse con algo trascendente, y los maestros de la Ley proponían la adhesión a la Ley de Moisés. Jesús invita a encontrarnos con Él y a que nos vinculemos estrechamente a Él, porque es la fuente de vida (Cf. Jn 15,5-15) y sólo Él tiene palabras de vida eterna (Cf. Jn 6, 68). En la convivencia cotidiana con Jesús y en la confrontación con los seguidores de otros maestros, los discípulos pronto descubren dos cosas del todo originales en la relación con Jesús. Por una parte, no fueron ellos los que escogieron a su maestro fue Cristo quien los eligió…” (Cf. Aparecida, 131).
El día nueve de febrero comenzó oficialmente a caminar el teologado redentorista en la ciudad de La Paz. Diez jóvenes con su formador llegaron con esperanzas, expectativas y ganas de vivir la nueva realidad que como misioneros les toca asumir. Los primeros días son de intenso trabajo, en el acondicionamiento de la casa. El 22 de febrero Monseñor Oscar Aparicio bendice nuestro Seminario que lleva por nombre Beato Pedro Donders “Apóstol de los leprosos del Surinam”.
Nuestro día inicia con la oración de laudes y la eucaristía, nuestra formación lo llevamos a cabo en ISET del Seminario San Jerónimo. Nuestra vida, es oración, trabajo comunitario, deporte, es convivencia. Los días sábados y domingos colaboramos en el trabajo pastoral de las parroquias “Inmaculada Concepción”, Llojeta baja y la parroquia “María Reina” Llojeta central y Alto Llojeta, es una zona extensa, periferia de San Jorge y la zona sur, extendiéndose hasta El Alto, una porción del rebaño, que tiene hambre del Dios vivo.
Como hijos de Alfonso heredamos verdaderamente una espiritualidad apostólica, en nuestra vida todo tiene que ser misión. Lo que somos y lo que hacemos con el único propósito de que llegue la copiosa redención a todos. La espiritualidad misionera hace al evangelizador audaz y celoso (C 13), dinámico (C 14), libre, disponible, creativo, desinstalado (C 15), eclesial (C 18), encarnado (C 19), alegre, humilde, abnegado, sencillo y contento (C 20). Todo redentorista está llamado a ser memoria viva del Redentor. Al igual que en la persona de Jesús, nuestro ser y hacer están tan unidos que hay una comunión de vida y de actividades.




Atte. Hno. Ivert Zurita Valverde, zurita25@hotmail.com

jueves, 15 de enero de 2009

LAICOS


INFANCIA MISIONERA.

Los animadores de infancia tuvieron su encuentro en Trinidad. La Parroquia de Rurrenabaque mandó representantes. Acompañó a la delegación la hna. Gol
da CSsR.

RADIO TV VIRGEN DE REMEDIOS

Hace cinco años la Provincia de Bolivia cuenta con un medio de comunicación que gracias a ella podemos llegar a diferentes parte de Bolivia y del mundo.
Teniendo como director al padre Casimiro St. y sus colaboradores Prof. Víctor Cazón y Prof. Mariana Mamani.
En el futuro se piensa potenciar .....

FORMACION

Postulantado Santa Cruz.


Es una etapa de acompañamiento, al candidato en su primera experiencia de la vida apostólica redentorista. Por tanto esta etapa de formación inicial es de gran importancia para los candidatos; donde empiezan a experimentar por ejemplo la vida comunitaria, que significa el compartir las alegrías, las dificultades, trabajos, el estudio y lo que nos une en Cristo es el PAN de la ECUARISTIA que no es otra cosa que el milagro de amor mas grande que hace Jesucristo en medio de nosotros.


Noviciado.


Se ordena a que los candidatos examinen con mas profundidad si realmente han sido llamados por Dios a seguir a Cristo por medio de la profesi{on religiosa en la vida apostólica de la Congregación. (C 86,2).





Teologado.



Es el período durante el cual el neoprofeso continúa su crecimiento en la vida religiosa dentre de un ambiente formativo estructurado. no hay en las diversas unidades un momento uniforme para terminar la formación inicial. pero
suele ser con la profesión perpetua. o con la conclusión de los estudios eclesiásticos. o con la ordenación diaconal o presbiteral.


Historia de los redentoristas en Bolivia

Los redentoristas llegaron del viejo mundo por el puerto de Iquique (Chile) rumbo hacia Bolivia. Entrando por el sur, departamento de Potosí llegaron a un pueblo de cerros colorados llamado Tupiza; era el 16 de julio de 1910 que por primera vez pisan el suelo boliviano, siendo los primeros padres franceses como el padre Roberto Cade ......

PJVR




Somos la juventud que seguimos el ideal de Cristo misionero, y compartimos la espiritualidad redentorista en esta tierra boliviana bendecida con toda clase de bienes espirituales y materiales.